LUGO, POR QUE NO TE CALLAS
por Gonzalo Quintana
El mundial de fútbol es un refugio que nos protege de un Paraguay que nos duele. Es que la albirroja nos reúne, nos muestra un equipo que da lo mejor de cada integrante en pos de un objetivo común y superior a las posibilidades e intereses individuales. Nos gratifica sus esfuerzos, su dedicación, su disciplina, la autenticidad, la seriedad con que cumplen con sus tareas y responsabilidades.
Todo estaba bien, teníamos un respiro de la mentira, la trampa, la mediocridad, la corrupción, la decidía, la chantería, con que diariamente los poderes del Estado nos atormentan. Pero, como si fuera un sádico el Presidente Lugo no tiene mejor idea que reunir a su equipo de Ministros, vice ministros y colaboradores, vestirlos con la albirroja para que desde Loma Plata nos recuerde que ese es el equipo, la antítesis de la selección de futbol, que conduce los destinos de nuestro Paraguay querido.
El Presidente reconoce que la ineficiencia, la ilegalidad y la corrupción le meten goles; pero no cambia el equipo, ocasionalmente saca un jugador para mantener el mismo funcionamiento y la misma táctica. Parece estar encantado con la goleada en contra.
Peor aún, tiene el tupe de criticar a los medios y a los actores políticos, gremiales y sociales por no destacar el golazo del crecimiento económico que efectivamente es el más alto de América.
Sin vergüenza alguna, pretende atribuirse un gol que él desde hace años trata de impedir que ocurra. Efectivamente el único sector, en nuestro país, que puede contribuir para un logro de ese tamaño es el agropecuario, principalmente la agricultura mecanizada, la agricultura empresarial eficiente, la que aplica tecnología de punta. Este sector es el más atacado por Lugo desde que era seminarista.
Este crecimiento se debe al sector agrícola mecanizado al que el Presidente Lugo trato de terrorista en la ONU, al que persigue con sus capangas políticos (Frente Popular, Ministra de Salud, Secretario de la SEAM) con regulaciones irracionales, presiones administrativas e invasiones, y descortesías y desplantes presidenciales; es el sector que sufre la agresión promovida y protegida por su operadores políticos.
Lugo, dejanos trabajar en paz. Porque no te callas